Una de las razones que llevo a que naciera el baloncesto en 1891 en la ciudad de Springfield, Massachusetts era encontrar una actividad física que se pudiese realizar en un recinto cerrado en las temporadas invernales de los Estados Unidos. Jamal Murray nació y creció en un lugar donde las bajas temperaturas hacen parte del día a día.
Paradójicamente, el escolta de los Denver Nuggets encontró en estas condiciones la manera de desarrollar su juego. Nació el 23 de febrero de 1997 en Ontario, Canadá, pero las fuertes nevadas no impidieron que jugará al baloncesto: "Entrenaba en la nieve, eso me daba mayor fortaleza y convencía a mi cabeza de que debía trabajar duro aún con obstáculos", contó Jamal Murray en un documental.
Pero el feroz carácter del jugador de los Nuggets no solo se forjó bajo los intensos entrenamientos que recibía por parte de su padre durante su adolescencia, gran parte de su fortaleza mental se la debe a la práctica del Kung Fu, otra de sus pasiones en la niñez.
Entre intensas luchas se ha caracterizado su carrera en el baloncesto. Desde la Universidad de Kentucky llegó a la NBA en el 2016, donde comenzó de una manera muy callada y lejos de los focos de atención, para ir teniendo un crecimiento y desarrollo en la mejor liga del mundo, escalón tras escalón.
Viendo su desempeño hoy en día, es difícil creer que no cuenta en su palmarés con premios individuales, una selección para un All-Star o ser miembro de un primer equipo de la NBA.
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El día que la oscuridad tocó su puerta
El 19 de febrero de 2021, Jamal Murray logró anotar ante los Cleveland Cavaliers 50 puntos, cifra que a veces normalizamos con el potencial de jugadores de su estirpe, lo impresionante de este juego es que llegó a esa cantidad sin lanzar un solo tiro libre, siendo el primer basquetbolista en conseguirlo en la historia de la NBA.
Y cuando todo parecía ser color de rosa en esa temporada, la oscuridad tocó su puerta.
Los Nuggets se enfrentaban a los Warriors, luego de un rebote y con el balón en sus manos, el canadiense vio la oportunidad de atacar la defensa de Golden State con el marcador a su favor y caminando sobre el tercer cuarto. Pero algo pasó en su rodilla izquierda y terminó en el maderamen del Chase Center.
Su cara de dolor aún está en la retina de los aficionados de los Nuggets y los seguidores de la NBA. Sus gritos de desesperación eran el aviso de lo que más adelante se confirmaría: Jamal Murray se rompió los ligamentos cruzados de su rodilla izquierda.
Fue un largo y doloroso año de recuperación para él. Una temporada alejado de las canchas que no garantizaban que su nivel fuera hacer el mismo antes de la lesión, un nivel que aún no había tocado techo y que frenaba todo lo que había hecho desde sus años en Canadá entrenando en la Nieve.
Aunque lo intentó en el 2021-2022, luego de jugar con los Grand Rapids Gold de la G-League, no le alcanzó para volver al primer nivel. Su vuelta a la NBA se dio precisamente en el primer juego de esta temporada ante los Utah Jazz, donde terminó con 12 puntos. De ahí en adelante, se dio el despertar del playmaker.
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Jamal Murray: el todero que necesita Nikola Jokic
Las asistencias han sido el as bajo la manga que sacó el mago Murray en esta postemporada. Se ha convertido en el pasador ideal del serbio Nikola Jokic en los Denver Nuggets, de ahí que su promedio de pases de anotación en estas finales sea de 10 por partido.
Es el canadiense el que mejor encuentra al ‘Joker’. Desde el pick and roll le da la pelota si este gira a canasta o si se queda desde el perímetro. En el poste bajo también logra hacerle llegar el balón para que Jokic finalice la ofensiva.
Y nos enfocamos en este apartado para decir de él que es un playmaker, porque sus condiciones para anotar ya las tenía en su arsenal. Los rivales pensaban que buscando detener sus ansias de llegar a canasta o evitar sus tiros de larga distancia, serían suficiente para tener controlado a Jamal Murray, pero se despojó de una obsesiva necesidad por anotar, para llevar el ritmo y encontrar las mejores soluciones de su equipo, por algo Steve Kerr lo llamó “la cabeza de la serpiente”. Todo esto arropado bajo su velocidad mental e intensidad física.
El primer anillo para la franquicia de los Denver Nuggets es palpable. De lograrlo cuando culminen las finales, el MVP será para Nikola Jokic, pero no olvidaremos la postemporada de récord de Jamal Murray, ya no como fiel escudero, sino como un par líder del equipo del estado de Colorado.
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