Tras una trabajada victoria por 2-0 contra Watford (18º), que lucha por evitar el descenso, en el primer partido de la 31ª jornada, Liverpool se hizo de forma provisional con el primer puesto de la Premier League, desplazando a Manchester City.
Con 72 puntos, los Reds solo cuentan dos más que los Citizens, que visitan también este sábado al penúltimo, Burnley, cuando los dos primeros se medirán dentro de ocho días en el Etihad, para dar un paso importante hacia el título.
Pero antes de proyectarse hacia ese duelo crucial o incluso hacia el partido de ida de cuartos de final de Champions League contra Benfica, el martes, los hombres de Jürgen Klopp debían ganar a los Hornets, decimoctavos y en puestos de descenso, con 22 puntos.
Con tres puntos menos, pero tres partidos más que Everton, que le precede en la clasificación, la permanencia será sin duda complicada, aunque el partido realizado contra Liverpool le puede dar esperanzas de mantenerse.
Con falta de reservas físicas, comprensible tras los partidos internacionales de selecciones, los Reds tuvieron problemas para desestabilizar a su adversario y para mostrarse peligrosos.
El partido pudo cambiar de rumbo en medio del primer período, cuando el centrocampista eslovaco del Watford, Juraj Kucka, tras haber recuperado un balón, perdió su mano a mano con el portero brasileño de Liverpool, Alisson Becker (22).
Apenas 34 segundos después, en la otra portería, el portugués Diogo Jota se adelantó de cabeza al guardameta Ben Foster para cortar el centro de Joe Gomez, colocado a la derecha para paliar la ausencia de Trent Alexander-Arnold, y abrió el marcador (1-0, 22).
Kucka fue el héroe desgraciado para Liverpool, ya que provocó, al final del partido, el penalti del 2-0, transformado por el brasileño Fabinho, por una falta a Diogo Jota tras un córner (89).
Watford podrá también lamentar una gran ocasión fallada por el brasileño Joao Pedro poco antes de la hora de juego, pero incluso un Liverpool lejos de estar al 100% era todavía demasiado fuerte para él.