Aquí estamos tratando de entender el caso inusitado del manejo de la actual situación en el Junior de Barranquilla. Amaranto puede considerarse un técnico afortunado. Esta vez, los señores Char han manejado el deficiente juego, y la dramática caída en barrena del equipo, sin cambiar al técnico. Otros, por menos, contaron con otra suerte. Hablo de Sachi, de Mendoza, de Gamero y de Suárez para no seguir escarbando en el tiempo.

Si el rendimiento del Junior de Barranquilla se mide por el fútbol que practica, grave. Si lo vemos por el rendimiento en la tabla, gravísimo. De un cuarto lugar pasó a un segundo, a un primero en la tercera fecha, y de allí caída libre segundo, cuarto y séptimo con los mismos puntos de Medellín y a un punto de Millonarios que es noveno y los acosa.

Esto para decirle a Amaranto que el “respaldo”, que le dieron el sábado pasado, no es propiamente por su gestión como tal sino por correr el albur que las cosas puedan mejorar o a que no han podido conseguir, por temas de pandemia y otras arandelas, un técnico que venga a encargarse en la mitad de este torneo, y ad portas de la Copa Libertadores, o porque no deseen, esta vez, llamar a Comesaña que siempre ha sido una solución pronta y eficaz y está aquí no más a la vuelta de la esquina. 

Por tanto, ese respaldo a Amaranto es la tabla de salvación de la que él debe agarrarse para tratar de mejorar el producto de su trabajo.

Entre otras cosas porque si bien Don Fuad Char ha tenido la paciencia del santo Job, apoyándolo aún enojado por el pobre presente de su equipo, lo que viene es para probarse ambos. Él en su paciencia de apoyar paternalmente a Amaranto y Amaranto en la necesidad de presentarle, a Don Fuad, resultados fehacientes antes que disculpas.

Mañana, Junior jugará con Caracas FC en la capital de Venezuela en Copa Libertadores y el domingo en Medellín ante Nacional, el máximo rival del equipo Tiburón en la liga. Imaginamos que Amaranto debe saber lo que significa ganar o no al equipo verde. 

Es posible que Don Fuad haga abstracción de jugar “maluquito” si los resultados son favorables. Las dos cosas, no. Recordando el objetivo primordial que ha sido claro en él en los últimos cinco años: querer ganar con el Junior de Barranquilla un torneo de la CONMEBOL llámese Libertadores o Sudamericana, en ese orden, y ya Amaranto fue eliminado de ambas el año anterior. 

Amaranto podrá continuar con su proyecto con resultados favorables, sólo eso. Y lo que le espera no es propiamente un camino de rosas. Viene la definición con Caracas y partidos como visitante ante Nacional, Tolima, Jaguares y Pasto y en casa ante Pereira, Santa Fe y Águilas. 

Y con un agravante, Junior no jugará en la última fecha por lo que, sí aún no ha clasificado, le tocará sufrir sin jugar porque esa clasificación no estará en sus pies… 

Barranquilla
Marzo 9, 2021