Boca Juniors no pasó este jueves del empate 0-0 en su debut en la Copa Libertadores-2023 ante el Monagas de Venezuela, mientras sigue esperando por el nombre de su nuevo entrenador.
Dirigido por el interino Mariano Herrón después de la salida de Hugo Ibarra, Boca fue espeso y terminó jugando con nueve hombres en el Estadio Monumental de la ciudad venezolana de Maturín por la expulsión de sus dos centrales: el paraguayo Bruno Valdez por tarjeta roja directa en el minuto 40 y Facundo Roncaglia por doble amonestación en el 87.
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Si bien a los argentinos les faltó filo, el arquero local, el panameño Orlando Mosquera, fue clave.
El compromiso corresponde al Grupo F de la Libertadores, que el miércoles fue inaugurado con un empate 1-1 entre el colombiano Deportivo Pereira y el chileno Colo Colo.
Boca y un debut agridulce
Herrón repitió la alineación por la que había apostado el fin de semana, con el que Boca derrotó 3-0 a Barracas Central en la Liga argentina y cortó una cadena negativa de un empate y dos derrotas en fila que le costaron la cabeza a Ibarra.
Tratando de abstraerse de la avalancha de nombres de posibles entrenadores asomados por la prensa argentina, que en las últimas horas sumó a Sergio Batista y Jorge Almirón a una lista de alternativas que ha incluido a José Pekerman y Gerardo 'Tata' Martino entre muchos otros, el equipo xeineze empezó atacando en tromba.
Tuvo unos primeros diez primeros de lujo, pero el arquero de Monagas, el panameño Orlando Mosquera, respondió frente a ese asedio.
Mosquera se multiplicó para tapar cada disparo y neutralizó en el minuto 9 remates sucesivos de Frank Fabra, Sebastián Villa y nuevamente Fabra en una misma jugada.
Boca se diluyó poco a poco y Monagas fue ganando calma.
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Los locales, no obstante, mostraban poco en ataque, con balones largos que teledirigía para tratar de sorprender.
Lo que pasa es que uno de esos pelotazos terminó en desastre para Boca: el cancerbero Mosquera sacó largo, Abdiel Arroyo peinó en la mitad de la cancha y Fernando Basante recibía. Valdez interceptó a Basante a destiempo, con una patada a la altura del pecho, y el árbitro brasileño Wilton Sampaio no dudó ni un instante: roja.