Omnipresente e infalible, el infatigable centrocampista francés N'Golo Kanté firmó un nuevo recital este sábado en Oporto durante la final de la Champions League que su equipo, Chelsea, ganó 1-0 al Manchester City.
Havertz sobre su gol del título: Esperé mucho por esto, trabajé durante 15 años
Azpilicueta: Hemos hecho historia, nos lo merecemos y lo vamos a celebrar
¡Chelsea, campeón! Los 'blues' conquistaron la Champions por segunda vez en su historia
La prueba de su aportación fue su elección como mejor jugador de la final.
A unas semanas de la Eurocopa (11 junio-11 julio), Kanté termina un primer maratón: siendo un maestro en el centro del campo de los 'Blues', este menudo mediocampista (1,68 metros) ha sido clave para el gran éxito de su club, que antes de este sábado solo había sido campeón de Europa en una ocasión, hace nueve años (2012).
"Esto es increíble, es el resultado de muchos esfuerzos, muchas dificultades durante la temporada, pero al final es el trabajo de todo un grupo. Supone alegría, orgullo", explicó a la televisión francesa RMC Sport.
Preguntado sobre si puede aspirar al Balón de Oro, echó balones fuera.
"No, por ahora saboreamos la Liga de Campeones. La Eurocopa viene pronto, iré con la selección de Francia y espero también ganar", apuntó.
Fiel a su costumbre, Kanté, campeón mundial con los 'Bleus' en 2018, da muestras de timidez, pero sobre el césped estaba presente en cada rincón.
Al descanso era ya el jugador que más había corrido, con 6,16 kilómetros en sus piernas y 24 carreras de alta intensidad en esos primeros 45 minutos.
En la segunda parte siguió con su 'master class', en ataque y guiando el ataque, dando ritmo al juego del Chelsea.
Gracias a su aportación, el técnico Thomas Tuchel no tuvo que preocuparse en exceso cuando el brasileño Thiago Silva tuvo que ser sustituido por lesión al final de la primera parte. Kanté parecía multiplicarse por tres.
Tras estar a punto de marcar de cabeza pese a su reducida estatura en la primera parte (minuto 17), en la segunda fue providencial para evitar situaciones de peligro en contra.
No participó en la construcción del gol de Kai Havertz (42), pero también supo aportar ofensivamente.
En el 37 protagonizó una veloz cabalgada hasta el área rival, antes de ceder para Havertz, que perdió el control del balón.
Kanté se lesionó en un aductor a mediados de mayo, en la penúltima jornada de la Premier League, hace apenas once días. No participó por ello en la derrota ante el Aston Villa (2-1), el pasado domingo, pero Tuchel sabía que debía contar con él como titular este sábado.
Esta temporada, Kanté se ha perdido diez partidos, cuatro de ellos por lesión.
"Es enorme. No sé qué decir. Es increíble. Corre por todas partes, marca la diferencia, crea espacios... Con él tienes la sensación de que juegas con doce", le alabó su compatriota Olivier Giroud a la televisión RMC Sport.
El premio de mejor jugador de la final no es una anécdota. En semifinales ya había sido elegido el mejor jugador del partido tanto en la ida como en la vuelta ante el Real Madrid.
"Incluso cuando el resultado está asegurado, hace los mismos esfuerzos en los últimos minutos. Así es él, no voy a cambiarle", dice sobre Kanté su seleccionador nacional, Didier Deschamps.
Sin tiempo para recrearse en el gran logro de este sábado, Kanté afrontará ahora el reto de hacer que Francia, la campeona del mundo, sea también la campeona de Europa.
Si lo consigue, el podrá ser campeón continental tanto en selecciones como en clubes... y aspirante claro al Balón de Oro.