Pep Guardiola es considerado por muchos aficionados como el mejor entrenador de todos los tiempos y hasta se han atrevido a tildarlo como el 'inventor del fútbol'.

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Seguramente sea uno de los mejores de la historia y reconozco su enorme trayectoria (solo un ciego o un fanático acérrimo del Real Madrid no lo haría). Considero que se le podría catalogar así si hablamos de dirigir en ligas porque sus estadísticas son innegables y lo avalan. Sin embargo, hablando a nivel internacional, no figura ni entre los 10 primeros y solo hablando del fútbol europeo, porque sus números no lo apoyan.

Hace algunas semanas, el español afirmó que su equipo había ganado tantas veces la Premier League en el último tiempo que sus jugadores ya no se encontraban motivados para ganarla nuevamente, y que, en cambio, Arsenal sí tenía el hambre requerida para hacerse con el trofeo. Esto demuestra una soberbia y un ego enormes.

Lo que para muchos sería una verdad, para otros nos suena una vez más a su vieja técnica ya conocida de ‘abrir el paraguas’, jamás admitir un fracaso y de siempre echarle la culpa a otros factores como la mala suerte y cualquier otro motivo que se le ocurra, menos a que simplemente se equivocó.

Ejemplo de esto fue su declaración tras perder con Tottenham por la Premier League: “Venir de Manchester a Londres es como ir al norte de Europa, son 4 horas y 20 minutos. Es tan agotador venir a Londres, lo siento”.

No puedes trabajar en uno de los clubes más poderosos a nivel económico del mundo, tener todas las comodidades que se puedan imaginar y con jugadores de la talla de Kevin de Bruyne, Erling Haaland o Bernardo Silva para reducir la pérdida de un partido a una excusa tan falta de argumento como esta.

Nadie niega su enorme talento para dirigir equipos y nadie le quitará los títulos y el crédito que ha ganado a lo largo de estos años desde que lo ganó todo con aquel super equipo de Barcelona en 2009, pero de vez en cuando un baño de humildad y reconocimiento a los demás no le caería mal.

Hay otros que trabajan bien y no merecen que se les desprecie su labor. Eres mucho mejor que eso estimado Pep.