Manchester City tuvo que esperar al segundo periodo y encontrarse en superioridad numérica para ganar por la mínima a Wolverhampton y consolidar su plaza de líder de la Premier League, este sábado en la 16ª jornada.

Con 38 puntos, los hombres de Pep Guardiola se colocaron fuera del alcance de Liverpool, segundo a cuatro puntos, y Chelsea, tercero a cinco unidades, pero la victoria fue laboriosa.

Guardiola había efectuado su rotación habitual, dejando a Phil Foden, Kevin de Bruyne o Riyad Mahrez en el banquillo al inicio del partido, para colocar a Gabriel Jesus y Jack Grealish como titulares.

La fisonomía del partido fue de control del líder, pero se encontró a un equipo de Wolves (octavo con 21 puntos) bien organizado, por lo que el City tardó en encontrar oportunidades netas de marcar.

El rumbo del partido cambió al final del primer período, cuando el delantero mexicano Raúl Jiménez recibió una tarjeta amarilla por una falta al español Rodri, antes de extender la pierna para evitar que el tiro libre fuera jugado rápidamente, por lo que fue sancionado con una segunda y fue expulsado (45+3).

Las ocasiones fueron después más netas, por medio de Gabriel Jesus (46, 80), Ilkay Güdongan, cuyo cabezazo fue despejado por un defensa en la línea de gol (55), Bernardo Silva (72) o Foden (89), que entró en juego en el 56.

Pero City se tuvo que contentar con ganar por un pequeño margen, tras un penal señalado por una mano de Joao Moutinho, transformado por Raheem Sterling (1-0, 66).

Pero una mano salvadora del portero Ederson, tras un cabezazo de Max Kilman al final del partido (90+2), permitió al City mantener la victoria.

Este triunfo no será el más bonito de la temporada, pero al final será importante o decisivo en la lucha por el título.