Y se fue Miguel Borja. Nos dejó una historia llena de declaraciones con respecto a que es hincha del Junior y sobre que él no vino a correr sino a hacer goles. Nos dejó 51 de esos goles que no ayudaron para conseguir una Liga. Nos dejó sí, una Superliga en la que no tuvo mayor incidencia, pues el gol que hizo en el juego de ida frente al América no evitó una derrota. Nos dejó su cara de angustia que trajo de la Selección Colombia y que se quedó con él hasta los últimos partidos con Junior.
Nos dejó la convicción que es un buen ser humano, que la hinchada lo aceptó siempre, que no sufrió el rechazo de la tribuna que recibieron otros jugadores en antaño.
Nos dejó la sensación que, en sus dos épocas en el Junior, no tuvo el peso específico que se necesita para que los “goles de los goleadores” produzcan títulos más que cantar un gol y abrazarse en la tribuna.
Nos dejó esa frustración de no haber festejado un título gracias a sus goles, nos dejó la insatisfacción de no poder escoger uno de esos 51 goles como un “golazo para recordar”.
Se fue Miguel dejando la sensación que esta vez estaba bien ido. Diferente a cuando regresó a Palmeiras que lo cedió al Gremio, que justo descendió en esa campaña, y la hinchada lo pedía a gritos.
Se fue Borja y las sensaciones y los pensamientos cambiaron. Aquella vez que no se podía dejar ir al Borja goleador. Esta vez que le convenía cambiar de aire. Fue como una despedida amable de la hinchada, que siempre ha querido a Borja, pero que terminó convencida que, si Borja se iba, era mejor “porque podía venir Bacca”.
Se fue Borja en medio de un novelón sobre si se iba o se quedaba, manipulado por su agente que contestaba las preguntas del periodismo de Barranquilla sin el menor atisbo de verdad, mientras entregaba otras versiones al periodismo de Buenos Aires.
Se fue Miguel en momentos en que para Palmeiras y Junior da la sensación de haber salido de la mejor manera de un buen ser humano pero que pasa, tal vez, por un bajón anímico o futbolístico o ambos a la vez.
Se ha ido Borja tratando de espantar lo que, de momento, no está bien y encontrará a un River Plate con problemas de rendimiento.
El River está inmerso en el peor momento de la era Gallardo y no le toca otra a Borja que hacer goles porque ese River salió de sus dos grandes goleadores Borré y Álvarez y la hinchada los va a recordar siempre comparándolos con él.
Se fue Borja y recordaremos de él sus anécdotas, porque ni trofeo de campeón de Liga, ni aquel gol para recordar. La verdad es que Junior le dio mucho y él le dio muy poco…
Barranquilla
Julio 12, 2022