No siempre a la altura de su prestigio en esta Eurocopa, la campeona del mundo Francia afronta un octavo de final asequible, el lunes contra Suiza en Bucarest (19h00 GMT), para disipar dudas y lanzar su conquista, a pesar de las lesiones.

Las veladas rumanas presentan temperaturas más suaves que las noches húngaras, algo que 'a priori' le vendrá bien a unos 'Bleus' con ganas de cambiar de aires tras su estancia en Budapest en la fase de grupos.

Los hombres de Didier Deschamps llegan a la cita revitalizados luego de cinco días de descanso, y probablemente con los colmillos afilados a medida que cada partido cobra una importancia decisiva.

"Ahora lo sabemos, o seguimos o nos volvemos" a casa, confesaba Paul Pogba después del Portugal-Francia del miércoles pasado (2-2).

El centrocampista no ha olvidado que su equipo se soltó las riendas en octavos de final del Mundial de 2018 ante Argentina (4-3), después de una primera fase sin brillo.

Pero, tres años después, Deschamps debe lidiar con el cansancio de sus tropas y con los diferentes problemas físicos.

Techo de cristal

La principal preocupación radica en el puesto de lateral zurdo. Lucas Digne sufre una lesión muscular en un muslo que compromete su presencia en lo que resta de torneo. Lucas Hernandez arrastra dolores en una rodilla y es duda para el partido ante la 'Nati'.

Además de Ousmane Dembélé, baja segura, Marcus Thuram, Thomas Lemar, Jules Koundé, y Adrien Rabiot son seguidos de cerca por el cuerpo médico a causa de diversas molestias.

En esas condiciones, haber terminado líder del 'grupo de la muerte' delante de Alemania y Portugal ha supuesto un balón de oxígeno para los galos, que se opondrán el lunes a un rival más asequible, al que conocen bien, y que no les ha derrotado desde hace 29 años.

Pero Suiza también cuenta con argumentos para presentarse sobre la mesa, empezando por su regularidad: se ha clasificado a octavos de los cuatro últimos grandes torneos. Aunque encuentra su techo en cuanto afronta un partido de eliminación directa. Su último cuarto de final se remonta al Mundial de 1954, en casa.