Uruguay venció 1-0 a Paraguay este lunes en Rio de Janeiro en el cierre del Grupo A de la Copa América y chocará con Colombia en cuartos de final, mientras que los albirrojos se batirán con Perú.
El triunfo, con un gol de Edinson Cavani de penal, en el minuto 20, permitió que los celestes esquivaran al poderoso e invicto Brasil, líder del Grupo B, en la siguiente ronda. Chile deberá enfrentar a los anfitriones en la otra fase al cerrar en la cuarta posición de la zona A.
Con Luis Suárez comenzando desde el banco, los charrúas terminaron en la segunda posición del grupo con siete unidades, tres menos que la Argentina de Lionel Messi que derrotó 4-1 a la eliminada Bolivia en Cuiabá. Los uruguayos encararán a los colombianos el sábado en Brasilia.
Los paraguayos, por su parte, quedaron en la tercera casilla, con seis puntos, por lo que chocarán con los peruanos, segundos del Grupo B, el viernes en Goiania.
Óscar Washington Tabárez estuvo más bien tranquilo y apenas dio indicaciones en la maltrecha cancha del estadio Olímpico Nilton Santos.
El 'Maestro' apostó fuerte al enviar al banco al goleador histórico de la Celeste, Luis Suárez, por razones tácticas o pensando en el juego de cuartos, contra un equipo paraguayo que reservó a cinco titulares.
Fue la primera vez que 'El pistolero' fue suplente con la selección desde junio de 2019, en la victoria 3-0 sobre Panamá en un amistoso en Montevideo. En juegos oficiales, el ariete del Atlético de Madrid no veía el partido sentado desde la goleada 8-0 contra Tahití en la Copa Confederaciones-2013 disputada en Brasil.
El riesgo de enviar a tomar asiento a una fiera de la talla de Suárez se difuminó rápido. No sólo porque Giorgian de Arrascaeta inquietó desde temprano el pórtico de Antony Silva sino porque Cavani abrió la cuenta pronto para desbarajustar el planteamiento conservador albirrojo.
El atacante del Manchester United transformó en gol, desde el punto blanco, una falta de Ángel Romero contra Nahitan Nández dentro del área. Fue su gol 53 con la Celeste, once menos que Suárez, y el segundo en la edición 47 del torneo de selecciones más antiguo del mundo.
A Tabárez le funcionó la apuesta de reservar a Suárez, pero a su contraparte le resultó doloroso haber alineado a su mejor hombre, Miguel Almirón, para un cotejo en el que tenía poco por perder.
El mediapunta del Newcastle inglés abandonó la cancha, cabizbajo y cubriéndose el rostro con su camiseta, cuando corría la media hora de juego por un dolor en la pierna izquierda. Sus gestos de preocupación seguramente le quitarán el sueño a Eduardo Berizzo.
De brazos cruzados o con las manos en sus cintura, el técnico argentino intentó infructuosamente darle la vuelta al partido con los ingresos de Óscar Romero y Carlos González.
Aunque los paraguayos tuvieron más motivación y control del balón en la segunda parte, sus ataques fueron muy blandos para hacerle daño a la férrea defensa uruguaya, respaldada además por cinco mediocampistas.
Ni con la salida tempranera del capitán uruguayo, Diego Godín, por un aparente problema físico, los albirrojos agrietaron a los charrúas. Y con el ingreso de Suárez, en el 67, por Cavani, sus preocupaciones se enfocaron en no perder por un marcador más abultado.