Conmovedor el rechazo del mundo del deporte a la invasión de Putin a Ucrania. Todos los estamentos de los diferentes deportes y federaciones deportivas han sentado su protesta y han tomado decisiones que tienen que ver con la presencia de Rusia en torneos deportivos cuando, por otro lado, arremete con saña contra un país soberano, lleno de múltiples riquezas y posición estratégica que es, en últimas, la verdadera causa de la invasión. 

Las asociaciones deportivas del mundo cuentan con la prensa legalmente constituida para que se haga sentir su voz de protesta y rechazo. 

En casos críticos, como este, la prensa seria, lejos de las diatribas, “fake news” y ofensas de las redes sociales, es el mejor medio para enterarse con fidelidad de los hechos.

Y por supuesto, cada vez que la prensa pone el dedo en la llaga, aparecen las ofensas contra el trabajo serio y denodado de ella.

Es posible que, en el Mundial de Rusia, Putin se hubiera sentido halagado por tantas cosas positivas que se consignaron en ese mes de fiesta futbolera. En ese momento era la prensa amiga. Hoy, esa misma prensa que le juzga y pone al descubierto sus tretas para anexarse a Ucrania, al costo de miles y miles de muertos inocentes, es la prensa enemiga y mentirosa.

La prensa siempre se ha movido en esas dos aguas. Cuando se destacan cosas buenas, es la prensa seria y veraz. Cuando pone el dedo en la llaga, entonces se convierte en prensa amarillista y embustera.

Por ello, siempre he tenido presente aquello de “zapatero a tus zapatos”.

Que cada quien desempeñe la labor que le es propia, sin cruzar fronteras para invadir la profesión del otro.

Cuando, quienes están sometidos a la opinión pública por desempeñar labores deportivas, artísticas o políticas, sienten que le están criticando por falta de resultados o por cualquier otra situación, inmediatamente salen a enseñar periodismo a quienes laboramos en esta bendita profesión.

Algo así como que en las buenas “habla bien de mí” pero en las no tan buenas “abstente a hablar de mí”. Por lo general, quienes arremeten contra la prensa no lo hacen en los buenos tiempos, sino en los complicados. 

La prensa no puede desempeñar la labor de los otros. Es solo un medio para que el público se entere de la labor de la gente pública. Y no es redundancia.

Si un equipo de fútbol no gana o no juega bien, no será la prensa la que tenga la solución. O como el caso de la invasión de Putin a Ucrania no será la prensa la que pudiera expulsarlo de los terrenos tomados. Pero sí somos un vehículo para que la información seria prevalezca. 

Como en el reciente caso del Junior. Ya Cruz Real tomó decisiones para recomponer el camino, ya ganó por fuera y jugando muy bien. Y lo hizo porque la prensa le estuvo señalando el tema. Y fue él y su grupo los que comenzaron a revertir la situación, no la prensa.

Es poco probable que Putin reconozca su estúpida y enajenada decisión e insista en ella, agravando la situación.

En uno u otro caso, la prensa informa, analiza y publica. Pero, las soluciones no están en nuestras manos…