Ferrari quiere competir en este año con Red Bull por el título que le es esquivo desde 2007
Ferrari presentó su nuevo monoplaza el martes en su sede italiana de Maranello, con la ambición de llegar al nivel de Red Bull, tras una temporada 2022 marcada por los costosos errores de estrategia en carrera y los problemas de fiabilidad.
La Scuderia, que no gana desde el Gran Premio de Austria celebrado el pasado 10 de julio, terminó segunda del campeonato de constructores, detrás de la escudería del doble y vigente campeón del mundo Max Verstappen.
La sequía parece interminable para el equipo con más títulos de la historia de la F1: el último título de pilotos se remonta al 2007 (Kimi Räikkönen), y el de constructores al 2008.
"Lo más importante para nosotros es colocar a Ferrari primero", dijo el martes en la sede histórica de Maranello, en Emilia-Romaña (centro), el francés Frédéric Vasseur, nuevo director de Ferrari en F1, llegado desde Alfa Romeo tras la marcha de Mattia Binotto en noviembre.
Con su tradicional carrocería roja con detalles negros, la versión 2023 del monoplaza - bautizado SF-23 - deberá demostrar una mayor fiabilidad que la temporada pasada, empañada por un gran número de abandonos.
"El año pasado, no es un secreto, el motor no era el punto fuerte (del coche). Hemos hecho un buen trabajo y estamos listos para la temporada", aseguró Vasseur.
"El objetivo es ganar, claramente", dijo el monegasco Charles Leclerc, subcampeón del mundo y titular un año más de uno de los dos volantes de la marca del "cavallino rampante", junto a Carlos Sainz Jr.
El español se mostró "confiado" a menos de tres semanas del primer Gran Premio en Baréin (5 de marzo). "He trabajado duro este invierno para prepararme. El año pasado tuve mi parte de éxito pero no fue una temporada fácil (...), sé que puedo hacer cosas realmente buenas".