Primera final, primera victoria. En una demostración de poderío físico, la bielorrusa Aryna Sabalenka levantó este sábado su primer Grand Slam tras remontar un set en contra a la kazaja Elena Rybakina en la final del Abierto de Australia.
Imbatida en lo que va de 2023, Sabalenka mantuvo su racha al imponerse por 4-6, 6-3, 6-4 a la última ganadora de Wimbledon y escalará tres puestos en la clasificación WTA, situándose como segunda por detrás de Iga Swiatek, igualando el lugar más alto en su carrera.
Alta, musculosa, con cañones en sus brazos y rugidos imponentes para celebrar sus puntos. La bielorrusa era un portento de la naturaleza que temblaba en los momentos claves y hasta ahora acumulaba hasta tres derrotas en semifinales de Grand Slam.
Pero en su primera final, y además ante campeona vigente de Grand Slam, fue capaz de imponerse a un inicio impreciso, con numerosas dobles faltas, y con hasta 51 golpes ganadores impuso su ley en la Rod Laver Arena.
Lo celebró dejándose caer emocionada sobre la pista azul antes de abrazarse a su equipo y recibir su trofeo en una ceremonia sin bandera ni himno, dado que los tenistas de Bielorrusia, aliada de Moscú, compiten como neutrales por la invasión de Ucrania.
"Gracias a mi equipo, el equipo más loco del circuito. Hemos pasado por muchos bajones el año pasado, trabajamos muy duro y vosotros este trofeo. Es más por vosotros que por mi", dijo la jugadora de 24 años, nerviosa e incapaz de esconder una risa incrédula.