Los Juegos de Tokio-2020, los Juegos de la pandemia, han echado el telón. Quizá el mayor éxito del evento fuera ese, su celebración, cuando hace un año era una quimera.

Probablemente no pasarán a la historia por gestas deportivas, por leyendas que brillaron en otros Juegos Olímpicos del pasado, como en los celebrados en este siglo con Michael Phelps o Usain Bolt.

Los Juegos de Tokio-2020 no tuvieron deportistas que arrasaron, que acapararon medallas o que arrastraron multitudes, entre otras cosas porque todos los deportes se disputaron a puerta cerrada, sin público.

A solo diez días del inicio de los Juegos, el 13 de julio, solo el 22% de los japoneses consideraba que deberían disputarse, debido a la pandemia.

Al llegar a Tokio, uno se daba cuenta desde el principio que el covid era el protagonista de los Juegos y el que iba a marcar el ritmo. 

Antes de viajar debías hacerte dos controles anticovid y los organizadores te exigían otro al llegar al aeropuerto, así como en los tres días siguientes, para luego hacerte nuevos de forma periódica.

Y las autoridades japonesas eran firmes. De este modo, eran aislados y se quedan sin participar todos aquellos deportistas que dieran positivo.

- Varios casos de covid -

Así, fueron quedándose privados de los Juegos el equipo griego de natación sincronizada, dos atletas de Trinidad y Tobago, el campeón del mundo de salto con garrocha, el estadounidense Sam Kendricks, cuya prueba también se quedó fuera el argentino Germán Chiaraviglio, y varios miembros del equipo australiano de atletismo.

La delegación más afectaba fue la holandesa, con un buen puñado de sus componentes en cuarentena, que se quejaron de las condiciones de encierro que tuvieron que pasar.

También el golf se quedó debido al covid sin dos elementos importantes, como el español Jon Rahm, número uno mundial, y el estadounidense Bryson DeChambeau, campeón del Abierto de Estados Unidos de 2020.

Casi todas las delegaciones tuvieron algún caso de coronavirus durante los Juegos.

Fuera del covid, Tokio-2020 buscaba protagonistas, nombres legendarios que dieran la impronta de tener una estrella al evento. Pero muchas se cayeron.

Naomi Osaka, la tenista japonesa que encendió el pebetero, cayó en octavos de final. Fue todo un aviso de que las estrellas no tendrían fácil brillar.

En el mismo deporte, Novak Djokovic, que buscaba una temporada de ensueño, tras haber ganado el Abierto de Australia, Roland Garros y Wimbledon, perdió en semifinales primero y después en el partido por el bronce. Se quedó sin el título olímpico que le falta y sin una medalla.

En atletismo, la holandesa Safan Hassan estaba llamada a ser la protagonista, buscando el triplete de 1.500, 5.000 y 10.000 metros. 

Aunque ganó las distancias de 5.000 y 10.000 metros, su bronce en 1.500 metros le impidió lograr esa gesta.

Más triste fue el caso de la gimnasta Simone Biles, llamada ser la estrella de los Juegos, siguiendo la estela de la rumana Nadia Comaneci en los años setenta.

Biles buscaba seis oros y todas las predicciones se las daban, pero solo pudo acabar con una plata y un bronce, tras renunciar a disputar las otras cuatro finales al tener una crisis de carácter psicológico.

Quiso preservar su salud mental al sentir una falta de confianza y la pérdida de referencias en el aire. Interrumpió su competición durante el concurso general por equipos, donde ganó la plata y volvió en la barra de equilibrio, ganando el bronce.

- Récords en atletismo -

En el atletismo, el rey de los deportes olímpicos, hubo tres récords mundiales, dos en los 400 metros vallas, del noruego Karsten Warholm y de la estadounidense Sydney McLaughlin, y en triple salto, de la venezolana Yulimar Rojas.

El saltadora fue la protagonista latinoamericana de estos Juegos, con su récord (15,67), que estaba vigente desde 1995.

Otros nombres propios fueron la jamaicana Elain Thompson-Herah, con su triplete de títulos de la velocidad (100-200-4x100 metros), y el nadador estadounidense Caleb Dressel, con sus cinco medallas de oro.

El norteamericano ganó todas las pruebas en las que participó, con excepción del relevo 4x100 metros estilos mixto, donde su país fue quinto.

A nivel latinoamericano, además de Yulimar Rojas, destacó Brasil, que logró un récord de preseas, con 21 metales, siete de ellos de oro, en un medallero liderado por Estados Unidos, que acabó ganando el pulso a China.

La delegación norteamericana terminó primera con 39 oros y un total de 113 medallas, por 38 oros y 88 medallas de su rival asiático.

La pandemia tuvo tanto protagonismo al final, que los próximos Juegos llegarán dentro de tres años en lugar de los cuatro habituales. Y es que la pandemia hizo que Tokio-2020 se disputara en 2021. París-2024 está a la vuelta de la esquina. Esperemos que sin pandemias.