Tras finalizar las eliminatorias al Mundial Rusia 2018, la Selección Colombia logró la clasificación a pesar de las críticas y un juego irregular, tras ocupar el cuarto lugar con 27 puntos. En la Copa Mundo referenciada anteriormente, los dirigidos por José Néstor Pékerman fueron eliminado ante Inglaterra en octavos de final en la definición por tiros desde el punto penal.

Se podrán discutir las formas y los modos de la sexta clasificación de Colombia a una Copa del Mundo, pero el resultado es indiscutible. Jugar un Mundial de Fútbol, no es un asunto cotidiano, valoremos lo realizado José Néstor Pékerman y su puñado de futbolistas.

En Colombia no solo en el fútbol, sino en su interacción social y en su función de pensamiento dentro de una idiosincrasia definida, estamos acostumbrados de pasar del infierno a la gloria y viceversa en un abrir y cerrar de ojos. Y más aún en un asunto que maneja pasiones y emociones desbordadas, es muy complejo encontrar una postura media o equilibrada, que sería la ideal para poder realizar los respectivos análisis y diagnósticos del la labor realizada.

El jueves 5 de octubre de 2017, luego de la derrota de Colombia ante Paraguay en condición de local, produjo una enorme decepción en la opinión pública y en toda la afición, percibiendo el final de un sueño. Si bien este revés, era totalmente inesperado no se podía tirar a la borda todo un esfuerzo de 2 años. Pero aún faltaba la última batalla de esta lucha titánica, cuyo objetivo principal era clasificar a la cita mundialista.

Y aparte de ver el nivel de juego y el manejo de grupo del técnico Pékerman sobre la selección colombiana de fútbol, el aspecto preponderante era el resultado del partido ante Perú, y desde luego lo que aconteciera en Quito, Asunción y Sao Paulo. Y en este último partido, Colombia sin jugar brillantemente, realizó una lectura inteligente de lo que necesitaba para llegar al objetivo final. En esta situación, creo que no era el momento de cuestionar y reprochar al director técnico de las sustituciones, del sistema de juego y de la estrategia implementada.

Y como he expresado en diferentes artículos y diversos espacios de opinión, debemos ser conscientes que Colombia a lo largo de la historia no es una potencia futbolística, y que por el contrario se ha caracterizado por ser una selección que emerge generaciones espontáneas. Si bien, actualmente hay individualidades sobresalientes que son la base para construir un  colectivo poderoso, esto requiere de una planeación estratégica y de un trabajo riguroso de observación y de constante repetición.

Un país y una sociedad con tantos problemas como Colombia, es motivo de una enorme alegría y unión, la clasificación al sexto mundial. Esto va más allá de una confrontación de 22 jugadores dentro de un terreno de juego. En marketing deportivo se habla de marca país, y eso es sacarle rentabilidad al país a través de la Selección Nacional.

Por eso más allá del nivel de juego exhibido por la Selección Colombia en estas clasificatorias que están a punto de finalizar y por los puntos obtenidos hasta el momento no son cifras que brinden una gran esperanza para clasificar al Mundial de Qatar o por lo menos alcanzar el repechaje intercontinental ante una selección asiática aún por confirmar, también se debe pensar en una renovación para el combinado nacional la cual se debe dar de una manera gradual y estratégica.