Stefan Medina, sudando, corriendo y hasta cabizbajo por no poder jugar más de 26 minutos ante Chile, demostró que es un jugador de calidad. En redes sociales lo despedazaron tantas veces que su nombre en Twitter era tendencia en muchas convocatorias de la Selección Colombia. Ante los australes no solo asistió para el gol de Lerma, también marcó y se sacrificó. Solo la mala suerte de la lesión lo alejó de lo que era un partido perfecto.

Medina salió del campo y Colombia abrió el carril derecho. Las imprecisiones aparecieron y en pocos minutos los chilenos se impusieron en el marcador con dos tantos de Arturo Vidal y Alexis Sánchez. ¿Quiénes más sino ellos? Para fortuna nuestra, el de siempre, Radamel Falcao García, le apagó la fiesta a ‘La Roja’ con un gol agónico que salvó un punto de los cafeteros en Santiago.

El lateral demostró que puede jugar con la camiseta amarilla, que puede marcar y atacar, como tanto necesitamos. Muchos deben pedirle perdón, porque pidieron su cabeza, que no fuera convocado nunca más a la selección por un par de partidos en el pasado que lo dejaron expuesto. Su juventud y la presión le jugaron malas experiencias, pero maduró y en el balompié mexicano se adaptó y dejó claro que puede ser un futbolista organizado que ofrece garantías.

Ojalá esta lesión no dure mucho para que pueda estar en óptimas condiciones para los próximos partidos de eliminatorias en noviembre. Los laterales derechos, con la ausencia de Santiago Arias, no nos abundan. Por esa razón es fundamental cuidar y animar lo que tenemos.

Dejemos de ser malos y apoyemos. Construir y no destruir. No todos son como Stefan que se alimentan de la mala energía para demostrar que sí se puede.