La ventana de fichajes de verano en el fútbol internacional se ha visto marcada por nuevas prácticas en un mercado que no tiene ningún tipo de regulación. Al parecer, lo único que parece generar es un daño para lo que conocemos como la élite del deporte rey a nivel mundial.

Desde la década de los noventa, incluso antes, hemos observado cómo los jugadores de fútbol toman la decisión de irse de la élite profesional. Esto a causa de la llegada de los últimos años de sus carreras. Grandes figuras han migrado a países como Japón, Catar, Estados Unidos, China o India; práctica que se ha normalizado dentro del mundo futbolístico.

Sin embargo, en este mercado de fichajes (que aún está en curso) se ha visto un giro en la historia. Los petrodólares, que inicialmente ingresaron al fútbol por medio de las compras de equipos europeos y las grandes inversiones en las ligas, han cambiado su modus operandi en los últimos días. Más exactamente, esto se viene dando en el fútbol de Arabia Saudí.

Desde la llegada de Cristiano Ronaldo a Al-Nassr, se le dio inicio a un plan de gobierno revolucionario. Este consiste en robustecer el nivel de su liga local, no por medio de jugadores que ya estén en el “ocaso” de sus carreras, sino a través de la contratación de profesionales que aún tienen mucho por darle al mejor fútbol del mundo en Europa. Todo esto, con la financiación del gobierno de Arabia Saudí.

En junio se anunció que el Fondo de Inversión Pública de este país compró el 75% de las acciones de los clubes más importantes del territorio. Con este movimiento se dio inicio al momento de la compra de jugadores en la cúspide de su carrera.

Por ejemplo, Karim Benzema abandonó al Real Madrid recalando en el club Al-Ittihad. El delantero francés dejó la casa blanca siendo su máximo referente y capitán, incluso siendo semifinalista de Champions League. Este mismo equipo no solo adquirió al ‘galo’, también se hizo con los servicios de N’golo Kanté, uno de los mejores centrocampistas del mundo con 32 años de edad.

No siendo suficiente, Marcelo Brozovic, quien acaba de ser finalista de la última edición de la Champions League, se unió a las filas de Al-Nassr a sus 30 años. Estos son solo tres ejemplos de los múltiples fichajes estelares que la liga árabe se ha llevado. Considerando otros nombres como Kalidou Koulibaly (32 años), Ruben Neves (26), Edouard Mendy (31) y Roberto Firmino (31), que también son considerados jugadores ‘top’.

Lo más llamativo y controversial, son los salarios que se les ofrecen a los jugadores por ir a jugar en Arabia Saudí. La sumatoria de los salarios de Brozovic (75 MDE), Benzema (400 MDE) y Kanté (100 MDE) se vuelve una cifra astronómica e indignante para el fútbol.

No se entiende como el fútbol occidental está regido por normas como el ‘Fair Play financiero’, que regula el gasto de los equipos en cuanto a fichajes y el tope salarial. Pero en medio oriente pueden ofrecer cifras que son simplemente inigualables para cualquier equipo en Europa, ya sea por su liquidez o por la misma regulación a la que están sometidos.

Es necesario que se revisen los movimientos que están realizando estos clubes liderados por el gobierno de Arabia Saudí. Es increíble pensar que los jugadores de élite se vayan en masa hacia el fútbol árabe. Aunque es posible que este sea el cambio del fútbol como alguna vez lo conocimos.

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