El triunfo del ciclista esloveno, Tadej Pogačar en el Tour de Francia 2020 es todo un hito para la historia de la competencia y del ciclismo. En primera parte, la solidez, inteligencia y fuerza que demostró sobre la bicicleta, es digno de admirar, y como consecuencia de esto, el obtener tres maillots; el amarillo como el mejor de la clasificación general, el de pepas como el rey de la montaña y el blanco – que previamente había vestido Egan Bernal- como el mejor de los jóvenes.
Antes del inicio del Tour 2020 el equipo favorito a consagrarse campeón y quedarse con el maillot amarillo era el Jumbo Visma con el campeón de la última edición de la vuelta a España, Primož Roglič. Luego de una larga para por la pandemia, el equipo holandés volvió en gran forma a la competencia.
Días antes del inicio de Tour y a modo de preparación para el mismo, se corrió la carrera Critérium del Dauphiné. A pesar que el campeón fue el colombiano Daniel Martínez, el Jumbo Visma daba destellos de la forma en la que venía. Un equipo muy sólido y resistente que parecía inatacable. De las cinco etapas, se quedaron con tres, la primera victoria de etapa fue para uno de los puntos más altos de este equipo, Wout Van Aert. La segunda etapa fue para Primož Roglič que ya dejaba ver la gran forma con la volvía tras la para y con la que iba a afrontar el Tour. Y la quinta y última fue para el estadounidense Sepp Kuss.
A pesar que Roglič tuvo que abandonar esta carrera por una caída, las sensaciones con las que quedaba el Jumbo Visma, de cara al Tour de Francia, eran más que satisfactorias. Los ocho corredores elegidos para el Tour eran los idóneos, todo apuntaba a que la supremacía del Jumbo Visma se iba a imponer, como pasó hasta la penúltima etapa, en la contrarreloj individual en la que Pogačar les sacó el título del bolsillo.
En lo que fue el Tour, la presentación del Jumbo fue casi impecable. La solidez con la que se posicionaba en la parte delantera del grupo hacia ver que tenían todo bajo control, parecía que ninguno de los favoritos se movía sin permiso del Jumbo.
Tres victorias de etapa y once días con el maillot amarillo fue el saldo del equipo liderado por Roglič. Cada etapa que pasaba parecía que el Jumbo tomaba más fuerza.
En la línea que llevaban los corredores del Jumbo, siempre se veía un uniforme blanco del UEA Team Emirates, quien más sino el joven Tadej Pogačar. La supremacía del Jumbo parecía quedarse corta ante Pogačar, sus ataques desmenuzaban el grupo. Era el encargado de romper la alineación y seleccionar los gregarios de Roglič, Egan, y Landa. Con ataques e incluso colaboraciones, el irreverente Pogačar iba posicionándose y a rueda del que parecía todopoderoso, Jumbo Visma.
El mayor pecado de Roglič y su equipo fue disputar la etapa 20, la contrarreloj individual, con una diferencia de tan solo 57 segundos sobre Pogačar. El campeón del Tour sabía que llegar a CRI con menos de un minuto de diferencia iba a ser importante por eso respondía a cada ataque y conservaba cada segundo. Con la victoria de Miguel Ángel “Superman” López en la etapa 17, el señorío esloveno se vería quebrantado; reduciría su ventaja con respecto al líder, pero ampliaría la ventaja entre Roglič y Pogačar. Lo que parecía imposible, Miguel Ángel López fue el único en hacerlo posible.
La contrarreloj individual fue todo un festín para Pogačar, desde el inicio se le veía muy seguro y firme en cada pedalazo. Una cadencia perfecta y una postura sobre el sillín impecable, no se movía ni un milímetro. Pogačar llegó en su mejor forma al final del Tour y eso fue determinante para su título. Le sacó la etapa a Wout Van Aert y a Tom Dumoulin que pusieron tiempo que parecían inmejorables y de paso le saco la amarilla a Roglič. Sabor completamente amargo para el Jumbo que, como se dice popularmente, se le quemó el pan en la puerta del horno. Un 1 vs 8, Pogačar vs Jumbo Visma.