El neerlandés Mathieu Van der Poel se proclamó nuevo campeón del mundo de ciclismo en ruta tras imponerse en solitario este domingo en las calles de Glasgow, al término de una carrera dantesca, con la lluvia como protagonista.
El nieto de Raymond Poulidor se convierte en el primer neerlandés que vestirá el 'maillot' arcoíris desde Joop Zoetemelk en 1985.
Ni siquiera la caída a 16 km para la meta, provocada por la calzada encharcada por la lluvia, impidió al neerlandés lograr la victoria en una prueba con un podio difícilmente mejorable, con el belga Wout Van Aert y el esloveno Tadej Pogacar segundo y tercero, respectivamente.
A sus 28 años, Van der Poel sucede en el palmarés al belga Remco Evenepoel, que este domingo no pudo seguir el ritmo de los mejores, y se confirma como el mejor clasicómano del momento, con victorias esta temporada en la Milán-San Remo y la París-Roubaix.
Corredor completísimo, Van der Poel intentará el próximo sábado el doblete, con la prueba de bicicleta de montaña en estos 'Super Mundiales' de ciclismo que se están disputando en Escocia.
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Como suele ser habitual en un Mundial, con kilometrajes de otra época (271 km), la carrera se convirtió en un ejercicio de supervivencia y a 85 km para la meta apenas quedaban una treintena de corredores en el pelotón principal, aunque con todos los favoritos aún en liza.
En una muestra más de poderío físico del ciclista neerlandés, Van der Poel se fue distanciando de sus perseguidores, pero a 16 km de meta, con la carretera encharcada por la lluvia, se fue al suelo al tomar una curva, aunque la ventaja que llevaba le permitió subirse de nuevo a la bicicleta y mantener la cabeza de la prueba.
Pese a la caída, que le provocó la rotura del sistema de sujeción de la zapatilla derecha y raspaduras en el costado derecho, Van der Poel era el más fuerte de todos los corredores y no tuvo problema en llegar a la meta en solitario, festejando incluso su victoria cuando aún no había pasado por la banderola del último kilómetro.
Por detrás, Van Aert logró distanciarse unos metros para colgarse la plata, cruzando la meta a 1:37 del ganador, y unos segundos después Pogacar superó a Pedersen en un intenso esprint para subirse al tercer escalón del podio.